Ponerse un atuendo típico campesino y caminar entre cafetales para recoger algunos granos es posible al viajar al municipio de Calarcá (Quindío), a cerca de una hora al sur de Cartago. Allí está el Recorrido de la Cultura Cafetera (Recuca), una finca donde a los visitantes se les enseña sobre la producción del café y se les da ‘bogadera’, una bebida refrescante con panela, canela y limón. 

Al recorrer las plantaciones es posible escuchar el canto de los recolectores que nace entre la espesa hierba para convertirse en la voz de la montaña. Estas melodías recuerdan el trabajo y dedicación que entraña una taza de café. Manos trabajadoras e incansables que escogen los mejores frutos y los convierten en una de las bebidas más populares del mundo.

Con abnegación y amor se prepara la tierra en donde germinan las semillas que, después de unos meses, se convierten en chapolas -dos primeras y únicas hojas redondas de la planta de café. 

De esta manera nace una historia que ya es tradición en esta tierra de aromas y sabor. Un noble oficio que encarna la pasión por el café y por la cultura colombiana.