En la residencia colonial que perteneció al Marqués de Valdehoyos, un personaje privilegiado que podía importar esclavos y harina, sobresalen la fachada, las ventanas con barrotes tallados en madera y el balcón principal. Los pisos y cielo rasos también son de madera. En esta casa se llevan a cabo exposiciones, recepciones y conferencias. Hoy es sede alterna de la Cancillería de la República.