La posibilidad de sentirse como un minero y recorrer socavones oscuros que se iluminan con una lámpara especial en el casco es algo que encanta a los visitantes de la Catedral de Sal de Zipaquirá en Colombia. En este lugar, al que se puede llegar en un tren turístico desde Bogotá (el viaje dura dos horas desde la estación de Usaquén), se pueden recorrer estaciones del viacrucis bajo el efecto de luces de colores y, además, se presenta una película en 3D sobre la extracción de la sal.

Descubre la Mina de Sal de Zipaquirá 

Esta portentosa mina de sal se encuentra en el municipio de Zipaquirá, en el departamento de Cundinamarca. Está incrustada en el Cerro del Zipa (jefe máximo indígena), a 2.652 m.s.n.m y tiene una temperatura promedio de 14ºC.

En 1995 se inauguró la nueva sede de la Mina de Sal, dada la inestabilidad de la primera mina. Esta nueva edificación está a 180 metros bajo tierra. Para construirla se extrajeron 250 mil toneladas de roca sal. Esta mina es la mayor reserva de roca sal en el mundo.

Al acceder a la mina se siente el olor mineral y la oscuridad toma posesión de todo. Después, un juego de luces descubre la roca tallada y los túneles que albergan estaciones del viacrucis. Al final hay acceso a tres naves: la del nacimiento y bautismo, la de la vida y la muerte y la de la resurrección, cada una con un altar.

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Principales atracciones de la mina de sal

Cada una de las naves tiene esculturas hermosamente talladas por mineros y escultores entre las cuales se destaca La Piedad, cuyo rostro tiene fuertes rasgos indígenas, en honor a los Muiscas que primero aprovecharon el fruto de la sal. También están el Ángel Guardian tallado en 1950 por el escultor italiano Ludovico Consorte y la enorme cruz del Nártex.

Otro de los lugares que debes conocer es el espejo de agua, anteriormente una salmuera (lugar para la saturación de la sal), cuyos alrededores están iluminados para reflejarse en el agua estática y dar un efecto óptico fascinante que da la impresión de estar nadando en un vacío subterráneo. La mina cuenta con guías bilingües y políglotas, para los turistas extranjeros.

La explotación de esta mina tiene una historia que recorre tiempos precolombinos, atraviesa los coloniales y republicanos para seguir haciendo historia hoy. Fueron los antiguos indígenas Muiscas quienes primero se beneficiaron de este enorme yacimiento de sal y se convirtieron en una de las sociedades prehispánicas más prósperas de su tiempo.

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