El Paisaje Cultural Cafetero ofrece un entorno particular de cuatro Departamentos de Colombia -Risaralda, Quindío, Caldas y Valle del Cauca- en el que se desarrolla la caficultura en las ramificaciones de las cordilleras central y occidental, de la mano de paisajes ricos en biodiversidad y de las relaciones culturales y tradicionales de sus habitantes.  

El eje cafetero, un paisaje único

Este territorio comprende 47 municipios y 411 veredas en las que se desarrolló la colonización antioqueña y se instauró un modelo de producción del café que hace de este lugar, un espacio cultural único en el mundo.

Cultivo de Café en Filandia
Foto: Cortesía Sebastián Sanint


En estas tierras, de difícil acceso debido a la topografía, el caballo históricamente fue el medio de transporte. Este noble animal, junto con el burro y las mulas, han ayudado al hombre a cargar el café, y a administrar las haciendas que hoy vemos ya tecnificadas y abiertas al turismo.  

Sin embargo, los vínculos equinos han quedado y quedarán para siempre en este paisaje, pues los caballos son parte fundamental de las relaciones culturales y tradiciones de este entorno.  

Hoy en día, se “monta” más por placer que por trabajo. El Paisaje Cultural Cafetero tiene a su disposición una gran cantidad de ejemplares hermosos para realizar recorridos por tramos difíciles de montaña, trochas y caminos, con el fin de que los visitantes puedan disfrutar de los paisajes y de la actividad propia de los habitantes de las zonas rurales.  

Los mejores paseos a caballo

Se pueden realizar paseos en caballo por las haciendas cafeteras. Numerosos lugares ofrecen este servicio en los que se puede montar -desde una hasta ocho horas- dependiendo del sendero que se escoja. El Valle del Cocora, cerca del municipio de Salento es un sitio especial para realizar estos paseos en las laderas de la montaña, bajo las palmas de cera, cruzando por quebradas con la oportunidad de avistar hermosas aves. Se puede realizar esta actividad sin contar con experiencia previa; pues los instructores se encargan de su enseñanza, y oferta de animales que no supongan un peligro para los visitantes.

Parque Valle del Cocora y su palma de cera
Valle del Cocora. Foto: Cortesía Charly Boillot


Locaciones como Aránzazu, Aguadas, el Valle de Santágueda, la cuenca del río Otún en Pereira, el valle de Maravélez, Santuario, Santa Rosa de Cabal, el Ecoparque Peñas Blancas, El Rio Barragán, La Tebaida y el Rio la Vieja son algunos de los lugares en los que se pueden realizar animadas cabalgatas y paseos a caballo para conocer las hermosuras del paisaje cafetero y almorzar al aire libre.  

En el Río Mapa también se puede nadar con los caballos, una de las actividades preferidas por los turistas.

Para los más aficionados, el Paisaje Cultural Cafetero ofrece también cursos de chalanería, en los cuales es posible conocer mejor el manejo, la forma de ser de los caballos y compenetrarse con ellos.  

En esta tierra se aprecia tanto a estos animales que hay demostraciones y ferias en las que se premia a los mejores y más bellos caballos de Paso Fino Colombiano, raza única reconocida mundialmente, cuyo paso elegante, simétrico, perfectamente acompasado, -casi musical- asombra a cuántos le ven pasar.  

De fenotipo definido, pelajes brillantes y colas frondosas, en las Ferias Equinas, estos caballos van montados por expertos chalanes, que con destreza y habilidad pasean a los caballos por una pista sonora, para que los jueces juzguen la pureza de la raza y la perfección del desfile. Es un espectáculo, una fiesta única que vale la pena presenciar. 

Cabalgatas cafeteras
Foto: ProColombia


También se realizan grandes cabalgatas en las fiestas de los diferentes municipios que conforman la región. Para participar en estos desfiles, es conveniente que las personas tengan una amplia experiencia; pues la cantidad de ejemplares y el ambiente festivo puede suponer un reto. 

Cabalgatas representativas

La más representativa es la Cabalgata de la Feria de Manizales, donde se reúnen cerca de 2.500 caballos con sus jinetes, quienes al son de música popular desfilan por las calles de la ciudad produciendo el sonido alegre del golpetear de las herraduras con el pavimento.  

Montar a caballo en estas tierras proporciona seguridad y, sin lugar a duda, se convierte en una de las experiencias más amables y alegres que no solo tiene en cuenta la belleza natural del entorno que se visita, sino, la integración con un animal que sirve al hombre y responde a su estado de ánimo y buen trato.  

En el Paisaje Cultural Cafetero esperan a los visitantes para que puedan experimentar esa sensación de libertad y tradición.