Disfruta del avistamiento de ballenas jorobadas en el Pacífico colombiano

Con una superficie de 83.170 km², lo que equivale al 7% del territorio colombiano, el Pacífico es una de las regiones más húmedas del planeta con una pluviosidad de más de diez millones de milímetros cúbicos al año. Conformado por los departamentos de Chocó, Cauca, Nariño y Valle del Cauca, el Pacífico colombiano está habitado principalmente por 1.5 millones de personas, siendo en su mayoría comunidades indígenas y afrodescendientes.

La riqueza cultural de la zona se acompaña por la variedad natural, hidrográfica, minera y forestal de esta región. Hacia el norte, donde la serranía del Baudó se interna en el océano formando bahías y ensenadas, es posible encontrar zonas selváticas de gran biodiversidad. El sur, más plano y surcado por caudalosos ríos, se caracteriza por sus acantilados y playas bordeadas de manglares. El Pacífico atrae anualmente a cientos de turistas nacionales y extranjeros con sus mágicos atractivos de los cuales muchos todavía son resguardados dentro del paisaje. Te invitamos a que descubras con responsabilidad algunas de las aventuras más auténticas de esta zona del país.

Un espectáculo digno de vivir al menos una vez en la vida

Una de las principales actividades que atrae anualmente a todo tipo de aventureros es el avistamiento de ballenas en el océano Pacífico. Entre mediados de junio y hasta finales de octubre, principios de noviembre, esta costa del país tiene la fortuna de ser una de las paradas de las ballenas jorobadas, o yubarta, en donde se reproducen y tienen a sus crías. Después de nadar cerca de 8.500 kilómetros desde la Antártida, en donde se alimentan durante el verano de las regiones polares, las ballenas permanecen un tiempo en esta zona del país gracias a sus aguas tropicales.

El pacífico colombiano tiene a su favor no solo la calidad, temperatura y profundidad del agua, sino también que la zona se caracteriza por su tranquilidad tanto en tierra como en agua. Esto es ideal para que las personas observen cómo las ballenas salen del mar, cantan para comunicarse entre ellas a grandes distancias y observar cómo estas enseñan a su ballenatos a dar los primeros saltos fuera del agua.

Destinos predilectos

Son tres los lugares favoritos por los amantes de la naturaleza en los que es posible ver a las ballenas jorobadas: Bahía Málaga en el departamento de Valle del Cauca, Nuquí en el Chocó y Gorgona en el departamento del Cauca. En el caso del Parque Nacional Natural Gorgona — al que se llega desde Guapi en una hora y media en lancha —, pueden verse aletas, colas y, a veces, saltos en los que las ballenas exponen sus cuerpos de hasta dieciocho metros de largo.

El Chocó es predominantemente selvático y cuenta con hermosas playas como Nuquí y Bahía Solano en donde los turistas pueden deleitarse con los paisajes naturales, algunos predominantemente vírgenes. Para llegar a estos destinos se recomienda llegar primero a Medellín desde donde salen pequeños vuelos chárter que llevan al Pacífico chocoano, el cual no es accesible por medio de carreteras.

Al Parque Nacional Natural Uramba Bahía Málaga, ubicado en el norte de la ciudad de Buenaventura y considerado uno de los mejores lugares para este tipo de observación, se puede llegar de diferentes maneras. Una es por vía área desde Bogotá a Buenaventura y por vía marítima de Buenaventura a Juanchaco. Otra es por vía aérea o terrestre desde Bogotá a Cali, de Cali a Buenaventura por vía terrestre y, finalmente, por vía marítima desde Buenaventura hasta Juanchaco.

Un destino emergente es Tumaco y sus islas, como Bocagrande, ubicado cerca de la frontera con Ecuador, en donde cada vez más personas llegan a observar a las ballenas jorobadas y apreciar la belleza natural inexplorada de la “Perla del Pacífico”. Vuelos regulares a este destino salen desde Cali y Bogotá, aunque otra opción es manejar cuatro horas desde la ciudad de Pasto.

La actividad depende enteramente de las ballenas, por lo que hay que cargarse de paciencia y tiempo para observarlas en su máximo esplendor. Su observación se recomienda durante las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, horas en las que las aguas del mar están más tranquilas y el brillo del sol es más suave.

La posibilidad de observar a estas especies en su hábitat natural ha permitido no solo que los viajeros se lleven consigo imágenes de lo poderosa que puede ser la naturaleza, sino que también se informen y conozcan de una manera más vivencial la importancia de la flora y fauna que habita las aguas y tierras del Pacífico. Así mismo, la observación de estas especies ha ayudado a contribuir a su análisis y preservación, permitiendo que tengamos cada vez más tiempo para disfrutar de esta actividad.

Para una observación responsable, Parques Nacionales Naturales de Colombia recomienda:

Atender la inducción correspondiente sobre el área protegida.
Mantener una distancia de al menos 200 metros cuando se esté realizando el avistamiento en el mar.
Las embarcaciones deben contar con un intérprete ambiental.
El horario permitido es de, aproximadamente, entre las ocho de la mañana y las cuatro de la tarde.
No debe ingresarse ni dejar plástico en ninguna de las áreas protegidas.
No se debe provocar ni buscar el acercamiento de los animales.

Disfruta lo que el Pacífico tiene para ofrecerte

Colombia tiene una ubicación estratégica que le permite tener una gran biodiversidad y variedad de climas y ecosistemas. En el caso del Pacífico colombiano — zona ancestral y cultural — es posible vivir experiencias únicas. Con la diversidad de su paisaje y la variedad en sus ritmos musicales y sus comidas, esta costa ofrece planes que solo se pueden experimentar en esa parte del país.

Acá podrás no solo disfrutar de las diferentes playas, como las de Tumaco y las de Buenaventura, sino también bucear entre las formaciones coralinas que hay en Malpelo donde se pueden observar tiburones martillos y sedosos o relajarte en las aguas termales color turquesa que hay en Nuquí. Además podrás experimentar los sabores tradicionales de la cocina, que se caracteriza por su fuerte influencia africana y disfrutar de la música típica (o asistir a festivales como el de Música del Pacífico Petronio Álvarez) en donde predominan las percusiones.